Para mí, el argumento cultural no sirve. Si algo es cultural no necesariamente debe preservarse. Primero hay que ver si pone en riesgo vidas humanas o causa sufrimiento innecesario a los animales, o es una receta para el desastre ecológico o todas las anteriores.
Sin embargo, una de las cosas que más me llama la atención de los relativistas culturales es que parecen tener valentía para enfrentar la tauromaquia (¿que acaso no era una tradición cultural?) pero se les aguan los bolis a la hora de defender los derechos humanos de mujeres y niñas de tribus africanas y/o bajo la sharía. A ver qué piensan de esto:
Y al igual que los taurmáquicos, estos insensibles atacan y violan el derecho a la libertad de expresión de cualquiera que haga un registro gráfico de esta asquerosa fiesta:
A ver cuál es la posición multi-culti con respecto a esta tradición.
(dato: Juscel Suárez)
Sin embargo, una de las cosas que más me llama la atención de los relativistas culturales es que parecen tener valentía para enfrentar la tauromaquia (¿que acaso no era una tradición cultural?) pero se les aguan los bolis a la hora de defender los derechos humanos de mujeres y niñas de tribus africanas y/o bajo la sharía. A ver qué piensan de esto:
Es bueno respetar las tradiciones, pero cuesta entende algunas en pleno Siglo XXI. Por ejemplo, la que celebran todos los años en El Puig, un municipio de la Comunidad Valenciana que, para honrar a su patrón, San Pedro Nolasco, organiza una actividad muy controvertida: una batalla de ratas.
La mecánica, cuanto menos, sorprende: los animales son encerrados vivos en vasijas de barro que, a modo de piñata, cuelgan de la plaza del pueblo hasta que son reventadas y las ratas saltan por los aires. Es entonces cuando los vecinos las matan a palos, según denuncia el partido animalista PACMA, y las arrojan muertas a los espectadores que se encuentran en sus inmediaciones.
Y al igual que los taurmáquicos, estos insensibles atacan y violan el derecho a la libertad de expresión de cualquiera que haga un registro gráfico de esta asquerosa fiesta:
Celebrada el último domingo de enero desde hace numerosos años, ha incorporado además una polémica añadida en esta última edición: dos periodistas del Levante-EMV han sido agredidos este fin de semana por los vecinos de El Puig cuando intentaban informar sobre la batalla de ratas.
Al parecer, las víctimas han sido una redactora y una fotógrafa del medio, a la que le quitaron la cámara y le formatearon la tarjeta, según ha denunciado la Asociación de periodistas gráficos de la Comunidad Valenciana. Su presidente, José Aleixandre, ha asegurado a la agencia EFE que pedirá responsabilidades al Ayuntamiento de El Puig, así como a la policía local, por “no haber actuado”.
A ver cuál es la posición multi-culti con respecto a esta tradición.
(dato: Juscel Suárez)
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