lunes, 22 de abril de 2013

Iglesia se metió en las elecciones de Huila



Una historia realmente aberrante, resumida magistralmente por Ramiro Bejarano Guzmán:

Una coalición de partidos políticos regionales avaló el nombre del abogado liberal Carlos Mauricio Iriarte a la Gobernación. Pero el aspirante además resultó ser cristiano. ¡Y quién dijo miedo! La godarria del sur del Huila, liderada por un obispo fanático, Fabio Duque, decidió oponerse a Iriarte, para lo cual los púlpitos de Pitalito, Oporapa, Isnos, Timaná y Elías, entre otros municipios, se volvieron tribunas de la clientela que por cuenta de la intolerancia religiosa apoyó la opción del voto en blanco.

Al final resultó victorioso Iriarte con 120.000 votos, pero el voto en blanco obtuvo por primera vez 70.000 sufragios en aire de camándula, cuando en el pasado apenas había alcanzado 17.000. En efecto, ese voto en blanco no fue producto de un ejercicio democrático de protesta y de sanción política, sino de una expresión sectaria de la Iglesia católica regional que invitó a su feligresía a no votar por Iriarte, porque supuestamente su condición de cristiano no le daba garantías en caso de ser elegido.

Toda la columna de Bejarano es excelente, en especial porque cuestiona el silencio cómplice del gobierno de Juan Manuel Santos y su ministro del Interior, Fernando Carrillo; y cómo han permitido que el principio del laicismo en Colombia sea arrastrado por el lodo, algo en lo que el mismo Santos tiene experiencia.

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