El viernes, el pastor cristiano Marcos Witt hizo un concierto gospel en Tunja (Boyacá), el penúltimo de su gira Sigues Siendo Dios. Al parecer, el concierto fue organizado por organizaciones privadas (entre ellas, lamentablemente el Centro Nacional de Oncología —entidad que, por lo visto, en cualquier momento podría reemplazar la quimioterapia con más superstición—).
En la promoción del concierto todo parece estar en orden — los conciertos cristianos, satánicos, budistas o sikh pueden hacerse siempre y cuando sean financiados con recursos privados, como parece que hicieron en este caso:
Sin embargo, el diario Boyacá Sie7e Días denunció que la Gobernación puso los buses de transporte al concierto:
La Emisora de la Gobernación informó que habrá buses pagados por el Gobierno para que quienes deseen puedan asistir a un concierto cristiano de Marcos Will [sic].
¿Si el Gobierno de Boyacá no apoya manifestaciones como la Semana Santa, por qué un evento cristiano sí?
A pesar del tono resentido por el proceso para que el Departamento no desperdicie sus recursos en la celebración de la Semana 'Santa' católica en Tunja, la pregunta es muy pertinente — ya empiezan los católicos a entender por qué es discriminación que es que los demás tengan privilegio religioso y uno no. ¡Bienvenidos al club!
Si Colombia es un Estado laico, ¿por qué la Gobernación puso recursos para el transporte hacia el concierto? ¿De dónde salieron esos recursos? Son preguntas que se hace necesario que el gobernador, un tal Carlos Andrés Amaya Rodríguez, responda.
(vía Margarita Velásquez | imagen: Facebook Marcos Witt)
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Publicado en De Avanzada por David Osorio
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