La semana pasada el cristianismo organizó marchas en Colombia para exigir el desacato a una sentencia de la Corte Constitucional y que, así, sea legal que los colegios matoneen a los estudiantes LGBTI — amor cristiano en su máxima expresión.
En su reportaje sobre las marchas, Noticias UNO dijo que en vez de parecer cristiana, parecía una convocatoria atea (min 1:10):
Las expresiones de estos en las pancartas que portaban parecía más de ateos que profanaban a los otros seres humanos, con tan mala ortografía que sus mensajes eran de difícil comprensión.
¿Qué le pasa a esa gente?
¡¡Están en las drogas!! Las organizaciones ateas han apoyado la revisión de los manuales de convivencia para purgarlos de cualquier rastro de homofobia, recopilaron material de video de las marchas cristianas, y han participado activamente e invitado a los eventos de demostración como las contramarchas convocadas por la igualdad.
Para completar, somos los ateos quienes hemos exigimos que se respete el Estado laico, algo que, de haberse hecho desde el principio, no habría requerido que la Corte Constitucional tuviera que sentar jurisprudencia señalando la perogrullada de que nadie debe ser discriminado ni matoneado por su sexo, género ni orientación sexual. (Es que esto es Colombia; aquí lo obvio no es tan obvio.)
Pero no — según Noticias UNO los ateos somos intolerantes. Wow! Uno pensaría que su lema, "La red independiente", significa que tienen independencia frente al manejo de la información que podría afectar poderes económicos; pero parece que realmente se independizaron fue de los hechos porque les quedó grande hacerlo de los estereotipos.
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Publicado en De Avanzada por David Osorio
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