Una parte natural de ser colombiano implica sentirse avergonzado por las ridiculeces que hace el Gobierno, como escribir un carta de indignación a otro país solicitando dar de baja una valla 'ofensiva' de una plaza pública.
Por supuesto, el Ministerio de Educación no podía dejar que la Cancillería hiciera el mayor oso del año, así que ellos superaron a María Ángela Holguín, escribiéndole una carta al niño dios (cristiano):
¿Será mucho pedir que por una vez en la vida tengamos una Navidad en la que el Gobierno respete que Colombia es un Estado laico? (Es una pregunta retórica, por supuesto que no; aquí no hay la civilización para ello.)
Y es que no sería tan grave si lo hubiera hecho cualquier otro Ministerio, pero que lo haga el de Educación ya es abusar de la oligofrenia — el propósito de la educación es transmitirle conocimiento verídico a los niños y jóvenes, para que puedan desenvolverse efectivamente en el mundo. Que la entidad encargada de velar por la educación en Colombia refuerce mitos absurdos y el ya de por sí abundante pensamiento mágico e ilusorio es una tragedia en sí misma.
En la infame página de la carta, el Ministerio invita a que cada quién escriba su propia carta y la suba a las redes sociales con el hashtag #CartaAlNiñoDios.
Aquí va la mía:
Queridoniño dios:
Si existieras y tuvieras alguna noción remotamente acertada de justicia, usarías tu omnipotencia para que se dejen de gastar el dinero de los contribuyentes en la promoción de religiones y mitos absurdos.
En vista de que no existes, tendremos que recurrir a medios más prosaicos, como el aparato estatal de Justicia, para que se deje de pervertir la educación de los niños en adoctrinamiento y reclutamiento religioso.
Cordialmente,
Đ
Los invito a escribir las suyas y hacérselas llegar al Ministerio.
(vía Gines Velásquez | imagen: Alex E. Proimos)
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Publicado en De Avanzada por David Osorio
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