En 2009, la política austríaca de extrema derecha Elisabeth Sabaditsch-Wolff asemejó a Mahoma —uno de los personajes principales del islam— con un pederasta. Sabaditsch-Wolff fue denunciada por estas palabras, y condenada en primera y segunda instancia.
Sabaditsch-Wolff, entonces, recurrió al Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) argumentando —correctamente— que condenarla por proferir una opinión (que, para más inri, resulta objetivamente cierta) era una violación a su libertad de expresión.
Ayer, el TEDH decidió que condenar a Sabaditsch-Wolff por llamar pedófilo a Mahoma no violó su libertad de expresión (!):