En el 2010, un desastre natural destruyó Gramalote.
Ahora, sus habitantes esperan que el Gobierno incluya la iglesia del pueblo en los planes de reconstrucción general:
La prohibición en la destinación de recursos para la ejecución y construcción de parroquias, templos o centros religiosos, ordenada constitucionalmente al Estado, es la razón que tiene divididos nuevamente al Gobierno Nacional y los damnificados de Gramalote, quienes reclaman la reconstrucción del pueblo con todas sus viviendas, bienes y espacios físicos con el que contaba la desaparecida población.
“La discusión con el Fondo de Adaptación ha sido y seguirá siendo como mesa que esto no es un tema, solamente, constitucional, si no también, es un tema cultural, de identidad y de raíces para Gramalote…”, expresó, la alcaldesa de Gramalote, Sonia Rodríguez.
A la señora Rodríguez (y a todo Gramalote, ya puestos) le vendrían bien unas clasecitas de derecho: Constitución mata costumbre.
Refresca ver que ocasionalmente Juan Manuel Santos respeta el mandato constitucional del laicismo - ojalá lo coja de costumbre.
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