Expulsar a dios de nuestros ritos de paso ha calado muy bien entre la población atea, aunque a nuestros familiares les toma tiempo entender y adaptarse.
Eso causa muchas tensiones familiares, como la de unos padres que prometieron pagarle la boda a su hijo y cuando se enteraron que él era ateo y tendría una boda secular consideraron romper su palabra, pero antes, lo consultaron con la columnista de consejos Robin DesCamp, quien les dio una respuesta para enmarcar:
Ustedes están haciendo una exigencia unilateral bajo la amenaza de represalia severa para que las cosas sean a su manera y en oposición directa a la forma en que su hijo y su prometida quieren las cosas. Eso no es "compromiso", es la política exterior estadounidense....
Mientras yo ciertamente entiendo su deseo de celebrar sus creencias como parte de esta monumental ocasión, los apremio a pensar críticamente acerca de a quién pertenece verdaderamente este día, cómo están manejando este conflicto, y qué consecuencias no deseadas pueden surgir si no cambian su actitud y enfoque.
Usar el dinero como arma de una manera tan hostil es feo y podría hacer una enorme cantidad de daño a la relación con su hijo y su futura esposa. Ustedes hicieron una promesa sin restricciones, pero ahora desean adjuntar términos y condiciones al regalo, meses después de ofrecerse a pagar por la recepción y lo suficientemente entrados en la planificación de modo que la rescisión de la oferta probablemente tendrá un enorme impacto negativo en la planificación y exagerará el estrés que casi con toda seguridad ellos ya están experimentando.
Eso no está bien.
Antes de retirar su oferta de pagar por la recepción, pregúntate: ¿cómo te habrías sentido si tus propios padres hubieran insistido en una boda atea para ti y tu marido? Apuesto que no les gustaría ni un poco.
Algunos ateos se sienten muy incómodos con la hipocresía de incluir la religión en sus ceremonias de boda porque no se siente auténtico. Estoy segura de que ustedes esperan que los demás respeten sus creencias; ¿no deberían hacer lo mismo con su hijo?
Si ellos no ceden y ustedes sienten lo suficientemente fuerte que no van a cumplir con su promesa de pagar por la recepción, estén dispuestos a pagar las consecuencias.
Es triste que la religión rompa familias por la intransigencia de los creyentes — otro de los efectos perjudiciales del privilegio religioso.
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