Desde que el papa Francisco justificó el ataque terrorista a Charlie Hebdo , las respuestas de la civilización no se han hecho esperar.
Por ejemplo, mi amigo Cristhian Meneses le dedicó una carta abierta que Francisco haría bien en leer:
¿Habla de insulto a la fe de los demás? Si eso es lo que usted hace cuando sigue la palabra de su Dios, porque cada vez que un creyente de determinada deidad dice: “mi Dios es el verdadero, mi Dios es el camino, es la verdad, es la salvación”, está insultando a miles de personas que tienen fe en otro Dios, personas que al mismo tiempo creen las mismas palabras, insultando automáticamente su fe cristiana. ¿Es tan difícil de entender? Por otro lado, trate de asimilar y aceptar algo fundamental en la evolución que hemos tenido en este punto azul: el respeto es para las personas, NO para sus creencias o ideas. Si hubiésemos respetado la creencia de que los negros y las mujeres -por dar solo dos ejemplos-, eran inferiores a nosotros, creencia nefasta también promocionada y defendida por la Biblia y su credo, actualmente muchos negros serían esclavos y no tendríamos voto femenino.
Mauricio-José Schwarz también se refirió al puñetazo del Papa:
Y Doriss Vera, que trabaja por el laicismo en Perú, nos ofreció una aguda lectura entre líneas del episodio:
Los católicos que tienen una fe formada férreamente saben que el Papa hablaba de la Iglesia: han identificado tanto la función maternal con la de la Iglesia que ya no pueden separarlas. Su fe se ha materializado. La Iglesia es, para ellos, incluso una madre que está por encima de la que los crió, por eso es que no soportan ningún cuestionamiento o burla hacia ella....
Bergoglio está bien asesorado, no fue un lapsus, no fue producto de la rabia que para muchos desataría la imagen de una madre natural insultada. Él se refería a la blasfemia —que es peligrosa para cualquier religión— porque desacraliza por medio de la burla y la burla es el antónimo perfecto del miedo.
Justificar un puñetazo es exacerbar los ánimos al extremo de desatar la violencia que puede ir desde un enfrentamiento verbal a un golpe o un nuevo asesinato.
La declaración del Papa es una [sic] llamado a la yihad católica -o dicho en términos más acordes con el catolicismo-, a una cruzada más.
Bergoglio sabe lo que hace, y los extremistas islámicos han entendido el mensaje: es un aliado más.
Si saben de otras buenas respuestas (en español) al Papa, por favor anótenlas en la sección de comentarios.
(Imagen: Catholic Church (England and Wales) via photopin cc)
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