La respuesta es no. Mauricio-José Schwarz explica por qué:
Por la misma causa por la cual puedes comer res sin que te salgan cuernos y pollo sin que te salgan plumas y lechuga sin que te salgan hojas: porque el ADN de todos los seres vivos que consumimos no se incorpora a nuestro ADN. Como todas las demás proteínas, el ADN es descompuesto en nuestro aparato digestivo. La enzima desoxirribonucleasa rompe el ADN en mononucleótidos que después son utilizados por nuestro metabolismo para transportar energía, crear otras enzimas, etc.
Todo lo que se diga sobre los "riesgos" de los transgénicos es aplicable a todos los demás alimentos que comemos. A menos que creas en la magia. Según la visión mágica (es decir, irracional) de los antitransgénicos, nuestro cuerpo puede "reconocer", digamos, si un gen que codifica el betacaroteno está en una cadena de ADN de su organismo original (digamos, un narciso, bonita flor) o si está situado en una cadena de ADN de un organismo transgénico (como el arroz dorado) y entonces las enzimas actuarían mágicamente como no actúan nunca y no descompondrían ese gen, sino que pasaría directamente a la sangre donde de alguna forma aún más mágica se integraría en el ADN de tus células (esto es un procedimiento complicadísimo, si no lo fuera, la ingeniería genética sería mucho más fácil) y entonces empezarás a producir betacaroteno y probablemente te salgan pétalos.
Vamos, que las dos posibilidades son o que no saben cómo funciona la digestión humana y son ignorantes sin interés en dejar de serlo, o sí lo saben pero mienten al respecto para hacer propaganda, en cuyo caso son unos manipuladores y mentirosos más desvergonzados que cualquier multinacional.
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