viernes, 5 de junio de 2015

Tabaré Vázquez restaura privilegio católico



Aunque Pepe Mujica no es santo de mi devoción, mientras fue presidente de Uruguay no tuve noticias de que violara el laicismo establecido en el ordenamiento jurídico de su país —lo que habría sido el colmo, siendo un presidente latinoamericano abiertamente ateo—.

Sin embargo, su sucesor, Tabaré Vázquez, está volviendo al país por la senda del oscurantismo y el privilegio religioso:

La información periodística señala que tras celebrarse el acuerdo del Consejo de Ministros del pasado lunes 25 de mayo, "el gobierno convocó a empresarios, sindicatos, universidades públicas y privadas e iglesias, entre otras organizaciones, a un conjunto de foros a realizarse desde octubre." Los mismos tendrán "como objetivo elaborar para antes de mediados de 2016 un conjunto de documentos que sirvan como guía para redactar leyes, códigos o eventuales políticas de Estado".

Ante ello, la Coordinación Ciudadana en Defensa de la Educación Pública y la Laicidad manifiesta su "inquietud respecto a la verosimilitud de la noticia, dado que el medio de referencia fue el único que aludió al tema, solicitando al Poder Ejecutivo la aclaración correspondiente".
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"De confirmarse esta noticia, no sería la primera vez que el presidente Tabaré Vázquez toma la decisión de pactar, a puertas cerradas, con algunos grupos de interés o poderes corporativos, confiscando los derechos de toda la ciudadanía en general y de las minorías en particular. En la anterior presidencia, la primera visita oficial del Dr. Tabaré Vázquez fue al entonces arzobispo de Montevideo Nicolás Cotugno en la catedral metropolitana, declarando a la prensa, en aquel momento, que vetaría cualquier legislación que intentara legalizar la interrupción del embarazo".

"El modelo de concepción del poder y del Estado que se instalaría, de confirmarse la noticia, no haría otra cosa que institucionalizar la metodología del lobby político, rompiendo los pilares de la democracia republicana y laica, y consagrando de hecho, la existencia de ciudadanos de primera y segunda categoría.

Las cosas no pintan bien en Uruguay, pues todo apunta a que Vázquez está desmantelando lo que Mujica hizo bien.

Y como ya hemos padecido en Colombia y Ecuador, puedo decir que un gobernante de izquierda que se acuesta con las iglesias es igual de patético, perjudicial y peligroso que cualquiera de derecha.

(vía Martín Liporace | imagen: Wikipedia)

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