En noviembre de 2020, la pataleta de Donald Trump al perder la reelección y las subsiguientes maniobras y estrategias para aferrarse a la Casa Blanca eclipsaron otros resultados positivos de ese día de elecciones.
Además de la toma de ambas camaras por parte de los Demócratas, varios estados adelantaron la despenalización y legalización de algunas drogas.
El estado que más progreso hizo en este frente fue Oregón, en donde, a partir del 1 de febrero de 2021, la posesión de drogas para consumo personal dejó de ser un delito, y paso a ser una contravencion civil, que simplemente conlleva una multa:
La primera iniciativa de este tipo, la Medida 110, fue aprobada por una abrumadora mayoría el pasado noviembre, con un 58,5% de votos a favor. Como señala el Salem Statesman Journal de Oregón, la ley reclasifica la posesión de pequeñas cantidades de drogas (por ejemplo, menos de un gramo de heroína, 40 unidades de LSD o 12 gramos de psilocibina) como una infracción civil que conlleva una multa de 100 dólares, aunque esa multa puede evitarse si la persona acepta seguir un tratamiento. Para la posesión de cantidades ligeramente mayores de algunas drogas (como de uno a tres gramos de heroína, o de dos a ocho gramos de cocaína), la pena se ha reducido de un delito grave a un delito menor de posesión.Este es un paso —y uno muy grande— en la dirección correcta. Dejar de encarcelar a las personas por lo que hacen con sus cuerpos es apenas lo mínimo que cabría esperar de una política medianamente sensata en el siglo 21. Esta es una victoria de las libertades civiles ante esa colección de fracasos morales conocido como Guerra contra las Drogas.
Basándose en los modelos de despenalización aplicados con éxito en Portugal y Suiza, los defensores de la Medida 110 la ven como una oportunidad para dar prioridad al tratamiento de drogas sobre las medidas policiales. Los nuevos servicios de tratamiento —incluidos 15 centros de recuperación de adicciones que se abrirán antes del 1 de octubre— se financiarán con los ingresos excedentes del impuesto sobre la marihuana, que ascienden a más de 45 millones de dólares en la actualidad y podrían crecer hasta los 129 millones de dólares en 2027, según la Drug Policy Alliance. Además, Oregón financiará estos servicios con el dinero que se espera ahorrar al dejar de arrestar, encarcelar y procesar a personas por posesión de drogas.
Por supuesto, la situación tampoco es perfecta — idealmente, Papito Estado tampoco tendría por que multar a las personas por lo que hacen en la privacidad de sus casas y sin hacerle daño a terceros, ni por estar en posesión de ningún tipo (ni cantidad) de estupefaciente.
Ahora, tres congresistas demócratas anunciaron que están trabajando en una reforma política para legalizar el cannabis en todo EEUU.
A ver cuántos años y vidas más se van a ir en vano hasta que cosas como la DEA tan sólo sean un mal recuerdo de una época incivilizada.
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Publicado en De Avanzada por David Osorio | Apóyanos en Patreon
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