Sacerdote Fabio Isaza condenado por pederastia

¿Existe algo peor que la pederastia? Por supuesto: abusar sexualmente de un menor quien además tiene un retraso mental.

Pues eso fue exactamente lo que hizo el sacerdote Fabio Isaza Isaza:

Durante el juicio se conoció que cuando un joven con retardo mental, en el confesionario le solicitó una asesoría espiritual al admitir problemas de masturbación, el religioso de 57 años, lo llevó al cuarto de la casa cural y le practicó actos obsenos [sic].

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Durante el juicio se conocieron otros testimonios de varios acólitos, quienes trabajaron para el presbítero como monaguillos y quienes habrían corrido la misma suerte, lo que obligó al representante de la Procuraduría a solicitar la apertura de nuevas investigaciones en su contra.

Me molesta mucho lo que hizo el juez con respecto a esas investigaciones que proponía la Procuraduría:

Sin embargo, no fue aceptada por el Juez Séptimo Penal del Circuito César Julio Zapata Zuleta, quien argumentó que para la época de las presuntas conductas punibles, los afectados eran mayores de 14 años.

¿Y qué? Seguía habiendo una relación de jerarquía entre el sacerdote y esos niños y por tanto había indefensión por parte de ellos. Los 14 años son la edad en la que la que el consentimiento empieza a ser válido y no la edad desde la que se puede empezar a violar ciudadanos.

Afortunadamente, y contra todo pronóstico, el juez condenó al pederasta:

El padre Fabio Isaza Isaza, quien se desempeñó como párroco en los municipios de Villamaría, Pácora y en Manizales en la Inmaculada Concepción, está recluido en la cárcel de la capital de Caldas, desde hace dos meses cuando se dio el sentido del fallo de carácter condenatorio, que obligó al Juez a reemplazar la prisión domiciliaria por detención intramural.

En mi humilde opinión, 64 meses (cinco años y cuatro meses) resulta una pena irrisoria y risible. ¡¡Abusó de varios menores de edad y al menos uno de ellos con capacidad mental reducida!!

Algunos me dirán que mejor es algo que nada y que le estoy pidiendo peras al olmo. Pues se equivocan: le estoy exigiendo a un administrador de justicia que, precisamente, ¡haga justicia! Es su trabajo. Eso es pedirle peras al árbol de peras.